Clarisa Fátima Martínez Azuaga, de 25 años, perteneciente a la etnia Guaná y oriunda de la comunidad de San Rafael – Casanillo, distrito de Irala Fernández, departamento de Presidente Hayes, defendió recientemente su Trabajo Final de Grado en la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Nacional de Asunción (FENOB-UNA), convirtiéndose en nueva Licenciada en Enfermería el viernes 5 de diciembre de 2025, en la sede central. Con ello culmina varios años de esfuerzo, adaptación y compromiso.
Su trabajo de investigación se tituló: “NIVEL DE CONOCIMIENTO DE POBLADORES SOBRE LA TUBERCULOSIS. COMUNIDAD SAN RAFAEL – PRESIDENTE HAYES – PARAGUAY. 2025”. La tesina se centró en problemáticas de salud presentes en su comunidad, especialmente la tuberculosis, identificando casos positivos y la necesidad de fortalecer las acciones de prevención. Si bien encontró que muchas personas conocen estas enfermedades, Clarisa remarcó que “falta un poquitito más en cuanto a la prevención”, subrayando que la distancia (aproximadamente 30 km hasta la ciudad) y las dificultades de acceso agravan la situación.
Inicios en la facultad
Clarisa llegó a la facultad en el año 2019. Si bien la pandemia retrasó levemente su trayectoria académica, su perseverancia le permitió culminar con éxito la formación. Relata que su vocación nació en el entorno familiar, ya que su tía es enfermera en Puerto Casado, referente que la motivó a seguir el mismo camino profesional.
Durante la pandemia de 2020, debió regresar a su comunidad y enfrentó dificultades por la falta de señal e internet, lo que dificultaba continuar con las clases virtuales. Gracias al apoyo de su familia, lograron instalar internet en el hogar y así pudo proseguir sus estudios.
Al finalizar la emergencia sanitaria, volvió a la capital para retomar las clases presenciales. En ese tiempo atravesó uno de los momentos más duros de su vida, cuando su madre estuvo internada en terapia intensiva. A pesar de ello, no abandonó la carrera y expresó su profundo agradecimiento al Prof. Mag. Arturo Silva y a la Dra. Esperanza Paniagua, quienes le brindaron comprensión y apoyo en ese periodo crítico.
Uno de los desafíos iniciales al llegar a la ciudad fue la socialización. “Me costó un poquitito, pero después ya me acostumbré”, comentó. El idioma, sin embargo, no fue una barrera: “Siempre hablé en guaraní y en castellano, tanto en el hospital como en la facultad”, señaló, destacando la importancia del bilingüismo en su proceso formativo.
Experiencia laboral y práctica profesional
Durante su carrera, realizó pasantías en diversos servicios y hospitales, donde recibió una excelente receptividad por parte de los profesionales y docentes. Entre sus experiencias prácticas se destacan rotaciones en el Hospital Nacional de Itauguá, IPS, áreas de clínica y terapia, el Hospital Materno Infantil de Trinidad, el Hospital de Clínicas y servicios de salud pública en el Hospital General de San Lorenzo, en Calle’i.
“Me manejé súper bien en todas las pasantías, por suerte nunca tuve inconvenientes”, afirmó.
Actualmente, Clarisa trabaja de manera independiente brindando cuidados a pacientes particulares, incluyendo la atención de personas con alta complejidad. Su objetivo ahora es ingresar a un hospital y seguir formándose: “Mi expectativa es trabajar ya en el hospital y seguir estudiando otra vez, hacer cursos, una especialidad, para avanzar más”, expresó.
Consultada sobre si piensa volver a su comunidad, responde con convicción que sí, y reconoce la gran necesidad de profesionales de enfermería en el lugar. Su proyecto de vida combina el deseo de seguir creciendo profesionalmente con el compromiso de aportar a la salud de su pueblo.
Mensaje a otros estudiantes indígenas
Al finalizar, Clarisa dejó un mensaje para otros estudiantes indígenas que desean iniciar una carrera universitaria:
“Que luchen, que estudien, que todo se puede. Que no tengan miedo, que se animen, que hablen, que se socialicen con los docentes. En las pasantías tienen que hablar, así únicamente van a perder su miedo. La Universidad Nacional de Asunción ofrece muchísimas carreras y posibilidades para crecer. Aprovechen cada espacio, pregunten, aprendan y sigan sus sueños con valentía.”
Asimismo, agradeció a los docentes e instructores que la acompañaron a lo largo de la carrera, tanto en el aula como en los campos clínicos:
“Cada docente que me acompañó, tanto en el hospital como en el aula, me enseñó, me guió y me inspiró a seguir adelante. Gracias a ellos, hoy soy oficialmente Licenciada en Enfermería de la Universidad Nacional de Asunción.”
Extendió un reconocimiento especial a la Prof. Dra. Aida Maidana de Zarza, por su apoyo constante, enseñanza y paciencia. La historia de Clarisa refleja el impacto de la educación superior en la vida de los jóvenes indígenas y el valioso aporte que pueden realizar a la enfermería y a la salud de las comunidades más alejadas del país.